La fiesta de los toros no es un espectáculo al uso, su grandeza radica en ser un trance entre la vida y la muerte.

PINTURA Y POESÍA TAURINA

PINTURA


En el seno de Tercio de Varas, brota la sensibilidad de manera voluntaria, provocada, como no, por la fiesta de los toros. Este es el caso de Rafael Bautista, "Rafa", que siendo su profesión la de chapista, de manera autodidacta un día decidió pintar, sus pinturas casi siempre están relacionadas con motivos taurinos, de esta manera, además de sentir la lógica satisfacción personal, demuestra, que la fiesta de los toros estimula y provoca los sentimientos y obliga a que cada aficionado se sienta necesitado de manifestarse de la manera que sea capaz.
    Esta es una pequeña muestra de la obra de Rafa.











    
           Innumerables son los amigos con sensibilidad que Tercio de Varas tiene, entre ellos un aficionado veterano de dinastía de aficionados. Ángel Rodríguez fue, como toda su familia, un amante de la fiesta de los toros, un hombre sensible que sus ratos libres los dedicaba a pintar o escribir sobre toros. Publicamos estos dos dibujos con los que nos felicitaba por navidades. Hermosa costumbre la que tuvo Ángel. ¡Gracias Ángel, te recordamos!





     


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POESÍA

A la poesía también llego la influencia de la fiesta de los toros, son muchas las obras poéticas basadas en este espectáculo que a lo largo de la historia han escrito innumerables poetas. En "Tercio de Varas" hemos querido dedicarle un espacio a este bello arte.

Mándanos  tus poesías taurinas y gustosamente las publicaremos. 
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Curro Díaz y el de Gavira en las Ventas.


Arisco el toro huye
en su salida a la plaza,
la muleta del Guadalquivir
lo templa y lo amarra.

Lo prende en sus muñecas,
su cintura lo acompaña,
y entre compás y compás
vastos monumentos alza.

Los cabellos se erizan
y se roncan las gargantas,
los oles de dinamita
la plaza la resquebrajan.

Dislocado está el tendido,
arde hechizada su alma
cuando se despide la “Esencia”
con garbo y gitana planta.


José Luis Bautista “pepillo”.

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Ascuas de carbón

                       A la bailaora linarense Pepa Martínez.

Ritmo de fuego en la bulería,
llama viva la falda encarnada,
los brazos al aire de la madrugada,
esa pincelada de arrebato en el adiós:
una mujer ha bailado al cálido cobijo
de una cueva de Almería.

Agradece la ovación reverberante con idéntica contención
con la que nos ha permitido entrever su arte,
gestos comedidos de correspondencia:
el reconocimiento a sus acompañantes,
besos volátiles a los aficionados,
la humildad al deshacerse el embrujo.

Talle de carbón y blusa de ascua palpitante,
ceñida chaquetilla negra de señorío,
pelo tirante y cola de caballo ondulándose en los giros:
así comenzó a marcar por lo solemne,
buscando la niebla nocturna
a través de los muros de roca primigenia
-la mirada clara se perdía más allá del recinto de la cueva-.

Luego nos dejó
una embelesada sonrisa gaditana en la cantiña,
y un anhelo no colmado
por seguir contemplando sus manos abriéndose en flor
y el afinado compás de sus tacones.

                                               Miguel Vega.
(Actuación en la Peña El Morato el 30 de octubre de 2009).

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6  Versos 6  para un trofeo conquistado en una tarde de mayo


Primer verso de la tarde:
De nuevo el rito del fulgor y de la sangre, inesperadamente.

Segundo verso, relumbre de alamares:
El saludo a un torero engalanado de un dieciochesco rosa y oro: la emoción y el abrazo.

Tercer verso de faralaes en los tendidos de piedra:
El pie descalzo –de uñas rosadas- bajo el traje flamenco de una joven morena.

Cuarto verso, a la verónica desmayada:
Quiso parar la media, detenerla, y después, cerrarla si cabe más lenta.

Quinto verso, con evocaciones del mar de Almería:
Tres pases naturales fluyen lamiendo la arena como las olas remansadas después de quebrarse
en espuma.

Y el sexto y último, épico como el colosal volapié:
El manotazo enrabietado en el hocico al toro claudicante, herido de muerte.


Miguel Vega, Osuna, 15 de mayo de 2009.







Evocación en blanco y oro

                                                  Con mi agradecimiento a Manuel Mujica Laínez y
                                                  a Curro Díaz.

Nada extraordinario sucedió en el ruedo aquella tarde.
El comportamiento descastado de los de Albarrán
apenas concedió unas verónicas templadas al primero
y unos cuantos naturales de lujo al cuarto..
Pero fue, sin duda, una tarde traspasada por lo mágico.


Al cabo ya de algunos años, en este invierno decadente,
acude a mí la luz deslumbrante del verano
y la evoco filtrándose por los ventanales de la cafetería de un hotel
en la ciudad del Renacimiento andaluz.
Sobre la mesa, Bomarzo y un gin-tonic helado
mientras aguardo la hora de la corrida
(he venido solo a esta cita con el rito del fulgor y la sangre):
El azar onírico había querido que, sin consultarnos,
nos ataviáramos idénticamente,
o quizás mi hermano me había mandado espiar
y había copiado el atuendo, leo entre sorbo y sorbo.
Maerbale y el Duque de Orsini vestían ambos
un traje de gala albo, cruzado el pecho
por una cadena de oro,
en el recibimiento fastuoso que toda Florencia ofrecía
a la jovencísima Margarita de Austria.


Una hora más tarde, a la luz del sol,
dos de los toreros de la terna
saltaban a la arena de la plaza
vestidos, cómo no, de blanco y oro.


                                          Miguel Vega, febrero de 2009.



Feria de San Agustín

Cuantas veces hemos "cantao"
a tu feria de volantes,
al vino y los farolillos
y a tus mujeres con arte.
Casetas de las hermandades
sentimiento y devoción,
Nazarenos de Linares, Columna y Expiración;
Entrada en Jerusalén,
solera de la Oración,
"Resucitao" y Prendimiento
Descendimiento y Pasión.
“Caseta de Tercio de Varas”
la de la esencia torera.
Linares lleva a gala
sus toreros por bandera.
Al compás de un pasodoble,
se adorna con maestría
y nadie mueve el capote
como lo hace “Curro Díaz”.
Paseo de Linarejos
que brillas bajo la Luna,
la gente te piropea:
¡Como mi feria ninguna!
Los versos que te cantamos
Linares del alma mía,
en el real de tu feria
me enamoras cada día.
 
( ESTRIBILLO )
Que no te lo pienses más
si lo quieres pasar bien,
si te quieres divertir
vente conmigo a mi feria
“Feria de San Agustín”.
Este pasodoble está incluido en el nuevo disco que el grupo “ALMAZARA” grabara en 2009.
Letra y música: Francisco Troya.


                

Imagen lírica de una corrida de feria en Linares


Los dos toreros conversaban en la arena
-sus trajes rutilando bajo el alumbrado recién encendido-
con casi idéntica apostura,
mientras el compañero de terna se afanaba en poner frente al caballo
al quinto toro del festejo.
Caía la tarde,
las nubes rizadas se fundían en el oro de un agosto moribundo.
En esos instantes estaba contenida toda la corrida:
lo acontecido y lo que quedaba por acontecer.

Los dos artistas eran esbeltos.
La seda de sus vestidos, de un tono semejante:
el azul tan pálido de la espuma del mar.
Los dos capotes descansaban verticales ante ellos,
como parapetos de pliegues rosados y aúreos.
Sin perder de vista el galope del astado
que se marchaba herido de su encuentro con la vara,
charlaban a media voz.

Uno de ellos ya había dado muerte a sus dos enemigos.
Al otro le faltaba lidiar aún al último del encierro.
Era el primero un torero modesto
que se sabía triunfador
merced al barroquismo de su muleta y a la templanza de su estoque.
Disfrutaba, entonces, cada minuto de permanencia en el ruedo.
Quien dialogaba con él era un torero emparentado con la fama,
pero que todavía no preveía el pitón certero del sexto,
el muslo abierto de su subalterno tras la cogida,
la incertidumbre y el peligro frío de la embestida de la bestia
con la que decidió jugarse también la herida en su propia carne.

Y, ciertamente, ya todo eso estaba palpitando
en la conversación serena
que mantenían dos aristócratas del toreo:
las exquisitas faenas del de Linares,
la hombría sin cuento de Cayetano.

                           Miguel Vega, septiembre de 2008.



Lances al aire

                                                      A mi hijo Darío.

Veo a un muchacho en un verano distante.
Una playa de Torrox, la atardecida.
Antes de abandonar la arena
ensaya unas verónicas templando la brisa del mar
-la toalla es el ilusorio capote-
y un olé anónimo se escapa desde el chiringuito vacío.

Hoy vi al niño rubio de ese muchacho
-apenas alcanza los tres años-
lanceando en el parque con un mantelito rosa


entre las sonrisas sorprendidas de los espectadores.



Entonces se humedecieron los ojos de aquel muchacho

recordando aquel lejano atardecer de agosto;

entonces me brotó sin remedio alguna lágrima

viendo a mi hijo jugar dándole lances al aire.











  Domingo de Ramos



El sol litúrgico escindiendo la arena.

Viejos toreros sacralizando los tendidos

con su muda presencia.

El aroma de las viejas amistades

sumándose al del respetable palmero encendido.

Celeste y oro, nos avanza con optimismo

el padre del torero en la charla.



Pero el tedio termina desengañándonos
hasta que salta el quinto toro de Barral
y el artista presiente su embestida.
¡Ahí queda eso, Curro!,
el grito enfervorizado a la conclusión
de una tanda desmayada de redondos
y el obligado, pletórico, de pecho.

Y allí estaba de nuevo el arte,
ese raro milagro,
tan nítido y rotundo como los perfiles rocosos de Jabalcuz
en las celestes –y un sol de oro- alturas.

Miguel Vega.





 Brindis a Linares 
Si yo en linares toreo
quiero hacer mi “paseillo”,
señora por tu paseo.
Para cantarte el deseo
-tarantos- de este estribillo:
¡Dame temple, gancho y raza,
y yo me daré tal traza
que haré regresar de lejos
a Manolete a tu plaza.
Señora de Linarejos!

Ramón Cue S.J.  Junio 1971
    Esta poesía fue escrita por el sacerdote jesuita D. Ramón Cue, dedicada a Doña Concha Mendoza Caro, vecina de Linares y amiga intima de Doña Amalia Garrido Rodríguez hija del celebre doctor D. Fernando Garrido Arboledas, que en paz descanse, y  con todo el cariño, estas dos señoras, nos han hecho entrega a la Peña “Tercio de Varas” de esta poesía llena de sentimientos. 





Media verónica en La Malagueta

¿Existió realmente esa media verónica?
No culminó ninguna serie de verónicas clásicas,
no abrochó ese esperado saludo con el capote,
ni remató el quite posterior, jamás realizado:
apareció aislada e imprevista,
dormida en la tarde plomiza.

Un sólo lance que encerraba en sí
toda la belleza que en el ruedo de aquella plaza
pudiera revelarse.
La plasticidad asfixiaba el alma
durante ese demorado segundo:
el pelaje blanco y musculado del Osborne,
el terno corinto del maestro,
la curva acompasada de aquella flor rosácea cerrándose,
y el toro persiguiéndola con la suavidad de lo irremediable,
hasta completarla,
con la obediencia lenta del hechizo.

Curro dejando frente al caballo al primero de la tarde.


Temporada americana

Agazapado el derrote  en la tarde.

Volaban ensordecedores los aviones
sobre la volcánica altura del ruedo.
Y el último astado finalmente en la arena:
hermoso de pelaje, bermejo, de elegante galope,
de buen presagio en las dos verónicas que le ligó el artista.
Reciente todavía en los tendidos
el triunfo de un torero de dinastía
-una oreja paseó por el anillo-.

Y ahora Curro citaba al colorado con la púrpura de la muleta.
Cuatro o cinco arrancadas probatorias
y con la mano gallardamente en la cadera
le muestra el camino del primer redondo.
El viento, entonces, que flamea la tela,
el pitón, entonces, elevando al matador como un arcángel trágico.
Y, entonces, una caída de bruces coreada por el espanto,
por la incierta trascendencia de la herida en la carne.
Cuando lo incorporan,
no hay sangre que tiña el azul purísimo de su taleguilla.

Ni siquiera Curro Díaz entendió
cómo pudo salvar la cornada en la plaza de Quito.





Homenaje póstumo a: D. Joaquín Vidal

De luto vestidas van

Las Ventas y La Maestranza,

porque “La Pluma” dejó

su tinta hoy derramada.

La Pluma” ya se marchó,

le llevaron en volandas,

como a los toreros buenos

le despidieron con palmas.

Mudo se queda el tendido

que la fiesta adora y ama,

recordando a  Bergamín:

Esto es música callada.

Adiós, hasta siempre adiós,

“Pluma” sincera y honrada,

siempre te recordaremos

por honesta y afilada.


José Luis Bautista “Pepillo”  2002.
          





         
  Azul y oro

      A Curro Díaz

¿Cómo olvidar ya el terno azul y oro
que lució Curro en el ruedo de Las Ventas
aquella última tarde de Mayo?

Aún puedo rescatar la emoción de sus muletazos
desmayados,
sentidos -celebrados- allí, ante el televisor,
en aquella lóbrega taberna
de una vieja calle de Almería,
junto a mi hermano,
dos linarenses rodeados de ancianos de blancas camisas,
mezclados en ese ambiente tan insólito por añejo,
como el toreo de sabor antiguo
que Curro dictaba en la plaza de Madrid
-hasta el toro, el enorme toro,
parecía el remedo de un grabado de La Lidia-.

¿Cómo olvidar el breve paño de sangre
que guiaba tan pausada la embestida zaína
del formidable Cuadri,
el garbo rosado del capote en la cadera
paseando el anillo de arena montera en mano,
el fulgor dorado -azul y oro-
de esos minutos de inaprensible belleza
en aquel sombrío local taurino?
 Miguel Vega, Junio de 2004.




Estampa en la tormenta
 
     
Dos hermosas bestias siendo arrastradas
     en círculos consecutivos por el lodazal.
     Los cadáveres son ovacionados
     bajo un furioso aguacero:
     sus cuerpos sangrantes tiñendo los charcos,
     sus grandes cornamentas sobresaliendo
     del barro amarillento que embadurna sus hocicos,
     la lluvia empapando el negro pelaje inerte.
     Todavía en el arrastre se muestran
     tan poderosos, tan excepcionales,
     como la propia fuerza natural
     que se desborda desde un cielo ennegrecido.
 Miguel Vega, Mayo de 2004.
     




Homenaje póstumo a Dª María de las Mercedes de Borbón - Dos Sicilias

Ya se marchó la Señora, 
qué triste quedó el albero, 
seguro estoy que a estas horas 
tiene tertulia en el cielo, 
para contarle a toreros 
como lo borda Romero.
                                                                    José Luis Bautista “Pepillo”





A Curro Romero
 Con sus andares naneados 
va acariciando el albero, 
y mece con gran salero
un terno en oro bordado.
Como ruedas de molino 
verónicas enlazadas, 
una media rematada 
deja sabor de buen vino.
Redondos y naturales 
con infinita  largura, 
producen una locura 
hasta en cabezas cabales.
Llega con cierto recelo 
a la hora de matar, 
mucho le cuesta ayudar 
a la muerte que es de acero.
Los trofeos le dan penita
que su mirada refleja, 
cuando coge las orejas
un bramido su alma agita.
Orgulloso va el torero
con su apellido en la mano, 
de su tallito agarrado 
pasea feliz el albero.
                                                              

          José Luis Bautista "Pepillo".





 
      Esta poesía fue dedicada en homenaje póstumo a un compañero nuestro que vivió con gran intensidad la fiesta de los toros. ¡Va por ti José!


Homenaje póstumo a nuestro amigo José Troya.

Apellido de batalla, 
cabeza cana lucía, 
de profesión harinero, 
alma torera tenía.
Padre coraje José 
que por sus hijos sufría, 
que por sus hijos luchó 
y por sus hijos sentía.
La muerte le visitó 
traicionera y "escondía", 
y su vida se llevó 
en un capote "prendía".
En invierno las tertulias 
con sentimiento vivía, 
ahora estamos seguros 
las vive con torería.
¡Dale un abrazo a Belmonte, 
dile que iremos un día 
y en el cielo nos haremos 
tertulias por bulerías!
                                                                   

        José Luis Bautista "Pepillo".





A César Palacios

Ya sonaron los clarines, 
ha comenzado el paseo, 
se avivan los corazones 
se pone en marcha el toreo.
Patillas plata erizadas 
se ponen al "Arenero", 
porque sus sueños los vive
torero como Frascuelo.
Le pechea a la boñiga, 
de soslayo al burladero 
mira queriendo dar orden 
a un supuesto tercero.
La noche llega y le cambia 
a César el indumento, 
y el torero es un pintor 
que pinta sublimes sueños.
                                     
José Luis Bautista "Pepillo" .




  


1 comentario:

  1. Buenas noches me gustaría si me diesen algún enlace para poder ponerme en contacto con el pintor Rafael Bautista " Rafa" les dejo mi email para que me lo envien, gracias de antemano y reciban un fuerte abrazo de este admirador del arte taurino
    plazasdelmundotaurino@hotmail.es

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