La fiesta de los toros no es un espectáculo al uso, su grandeza radica en ser un trance entre la vida y la muerte.

J. L. BAUTISTA







LA VOZ DEL AFICIONADO 








UN TORERO CON MISTERIO, ABRIL DE 2008.

SAN AGUTÍN 2007, SEPTIEMBRE 2007.

REFLEXIONE SEÑOR PADILLA, Octubre de 2006.

DIVISIÓN DE OPINIONES, Junio de 2006.

CARTA A LA CONCIENCIA, Marzo de 2006.

PERIODISMO TAURINO DE ANDAR POR CASA, Julio de 2005.

MINISTERIO DE INTERIOR, CULTURA O INDUSTRIA, Mayo de 2005.

ESCUELAS DE TOREO, Febrero de 2005.

CARTA A LOS ANTITAURINOS, Diciembre de 2004.

CURRO DÍAZ UN TOREO ESPECIAL, MUY ESPECIAL. Octubre de 2004.

OTRA FERIA, LA DEL 2004. Septiembre de 2004. 

¿SE TOREA MEJOR QUE NUNCA?. Agosto de 2004

SEVILLA-MADRID. Junio de 2004.
PROTESTA O RESPETO. Abril de 2004.

LA IZQUIERDA Y LA DERECHA. Marzo de 2004.
HONDURA. Febrero de 2004.

LA POSICIÓN  DE CRUZADO. Noviembre  de 2003.

SOMBRA, SOL Y CALLEJÓN. Octubre de 2003.

PROTESTA. Septiembre 2003.

PREVIO DE FERIA. Agosto 2003. 


____________________________________________________




UN TORERO CON MISTERIO  

Recuerdo aquella mañana, fría a más no poder, de febrero del año 2003. Tentadero en plena Sierra Morena; nos encontrábamos en la plaza de tientas de los Herederos de Flores Albarrán. Se hacia la selección de los chavales que luego participarían en el Bolsín Zapato de Plata. Fue malo el tentadero... las becerras duras de pelar dieron pocas posibilidades a los aspirantes a toreros, aún bisoños casi todos. Entre ellos, había un extremeño, silencioso y que su físico no delataba que dentro de él podía haber un torero. Era misterioso.


Pasó el tiempo y el extremeño causó una gran impresión en Madrid en su presentación de novillero. Tomó la alternativa de manera acelerada, así lo manifestaron los que más saben de esto. Yo en principio albergaba dudas sobre él; le veía algo torpe y desangelado. Desde siempre me cautivó el toreo plástico, y en él, no llegaba a detectar la posibilidad de que fuese un torero creativo. En Sevilla, en la feria del 2007, demostró que sí era capaz de crear belleza en sus dos actuaciones -tuve la dicha de poder narrarlas en Opiniónytoros-. En la primera tarde marró con la espada una faena maciza; y,  en su segunda, con un natural fue capaz de cautivar a todo el mundo. A partir de aquí, empecé a creer, firmemente, en el que podía ser un torero de gran dimensión; empecé a ser una de sus“victimas”. Luego vino el Puerto de Santa María ese mismo año. Cómo sintió el torero en redondo. ¡Cómo toreó! Citando con el pecho, marcando despacio un largo recorrido, sentido, profundo, marcándole al toro una trayectoria curva a su alrededor. Dejó claro que estamos ante un torero grande, con todos los matices que ser grande acarrea; probablemente no sea regular, como demandan los empresarios y críticos modernos, pero tiene capacidad suficiente para acabar con cualquiera en cualquier momento y, además, tiene misterio. 

Hoy analizo con sentimiento los apuntes de aquel tentadero en Sierra Morena y, en mi lista de elegidos leo: vaca codiciosa, le faltó recorrido, pegajosa. Torero (me refería al extremeño) “buen gusto, mejor con la izquierda, técnica bien”. En otra vaca del tentadero. La vaca en el caballo: cumple aunque tarda, mala en la muleta, no se vio al torero de turno. Salió de repesca Talavante: “salió y se hizo con la vaca por el izquierdo”. Me convenció. Aunque demostró con firmeza su capacidad, estos dos escuetos apuntes no me hicieron presagiar la dimensión de torero que puede alcanzar Alejandro Talavante, pero me hacen feliz. Muy feliz. 



José Luis Bautista “Pepillo”



____________________________________________________


BALANCE DE SAN AGUSTÍN 2007 

Una vez terminada la feria de San Agustín 2007, los aficionados hacemos balance de cómo han acaecido los hechos. 


A la empresa debutante este año en Linares, además de reiterarle en positivo lo que dijimos en un principio, que han sido escrupulosos en la configuración de los carteles en cuanto a las combinaciones de los mismos, habrá que recordarle el volumen global de la taquilla y que valore si los toros que ha traído este año se corresponden con los precios de las entradas, de tres corridas a pie y una de rejones sólo, siendo generosos, da la talla la de Núñez del Cuvillo, el resto podía haberse quedado en el campo.

Las autoridades han perdido el norte una vez más, y año tras año, van con sus actuaciones arrancándole jirones de su categoría a nuestra querida plaza, querida para nosotros los aficionados, no para ellos. Se han lidiado toros muy por debajo del trapío que corresponde a esta plaza; ha habido toros que han lucido astas altamente sospechosas; se han devuelto dos toros de manera incompresible atendiendo a la fuerza de la masa y se han mantenido verdaderos inválidos haciendo oídos sordos a las protestas de los aficionados; se han otorgado orejas de risa que quitan categoría a nuestra plaza. No sabemos si las personas que ocuparon el palco las diversas tardes, se sentirán: gozosos, realizados, importantes, ignorados, utilizados....ellos sabrán.

En cuanto a los matadores de toros que han pasado por aquí, hay que decir que: Ponce sigue enfrentándose a los toros más pequeños e inválidos que se lidian en Linares ¿Será mala suerte? Fandi llega a nuestra tierra harto de corridas y se le nota la falta de entrega. Talavante brillo en su primera actuación aunque le fallarán los animales que tuvo enfrente y bajó la nota de manera sorprendente el día 30 cuando sustituía a Cayetano. El Cid es torero de dos velocidades, o actitudes, es esforzado en las tardes y plazas de importancia y acomodado en las de menos categoría, al menos eso hemos detectado los aficionados en Linares los últimos años. Manzanares es un torero que siempre que ha pasado por Linares les hemos encontrado muy motivado, este año no podemos valorarlo con objetividad por encontrarse enfermo, de hecho, no pudo matar su segundo toro por un problema de azúcar. He querido dejar para el final la corrida del 29 por haberse convertido en la estrella del ciclo y en el paradigma de lo que debe ser la fiesta de los toros. Finito lo intentó pero no fue capaz de resolver a la altura de sus compañeros, su actitud un tanto conservadora no le dejó brillar, es más, pasó sin pena ni gloria después de estoquear tres toros bastante manejables. Dos han sido los salvadores de este serial: José Tomás y Curro Díaz, tanto monta, monta tanto. El de Galapagar sólo necesitó de un toro para demostrar que es capaz de poner boca abajo una plaza cuando quiera, dio toda una lección épica de toreo jugándose la vida a carta cabal. Curro por su parte, levantó a pulso la tarde, todo el protagonismo había recaído en la actuación de José Tomás y Curro no se amedrentó, al contrario, plantó cara a su reservón primero y sacó una primorosa faena a su segundo, un noble toro de Núñez del Cuvillo; Curro demostró, una vez más, tener capacidad artística y una afición a prueba de bombas.

Queda de nuevo, claro, que todo lo que se hace bajo el rigor y el conocimiento, la autenticidad y la honestidad, brilla con luz propia por encima de lo postizo y falso. Esperemos que el próximo año los aludidos en negativo tengan la capacidad de rectificar en sus actitudes y lograr un Linares y una fiesta de lo TOROS más grande y autentica. Que Dios reparta suerte.



José Luis Bautista “Pepillo”



____________________________________________________



REFLEXIONE SEÑOR PADILLA

La fiesta de los toros es el único negocio en el que no se respeta y, además, en muchas ocasiones se insulta a sus clientes, me explico; ¿ustedes se imaginan al mesonero que le pidiéramos un poco de sal para añadirle al menú que él nos sirvió, y éste se mofara o nos retara a que nosotros entrásemos en la cocina y demostrásemos hacer la comida mejor que él? ¿Verdad qué no? Pues en la fiesta de los toros este es el orden del día, cualquier error de un torero que es recriminado por la afición tiene como respuesta automática por parte de los “profesionales”, ¡baja tú y lo haces!, o en su defecto adoptan actitudes tan escandalosas como las de Juan José Padilla en el pasado San Isidro. Padilla confunde donde están sus verdaderos enemigos, no son los aficionados que en infinidad de ocasiones hemos valorado sus cualidades éticas, épicas y estéticas; que un grupo de aficionados recrimine una labor aunque sea de manera equivocada,  no daña ni minusvalora la carrera del profesional, mucho más la dañan los cronistas taurinos que ignoran las verdaderas aptitudes de un torero y lo encasillan donde a ellos les parece, y digo esto, porque hay  cronistas que llevan muchos años llamando a Padilla “El Ciclón”, y aunque ciclón no sea peyorativo, si lleva consigo una carga de violencia y brusquedad que no da a entender, precisamente, que estemos hablando de un artista; estos cronistas no han sido capaces de publicar que Padilla, muchas tardes con la muleta hace el toreo con profundidad y clasicismo rondeño, o que el pasado año 2005, en Jerez, toreo un toro con el capote de manera magistral. Contra éstos, son con los que usted, señor Padilla, debería sacar su rebeldía, pero bueno, usted verá. 

Probablemente Padilla pasará a la historia como un torero tosco por culpa de unos analistas que no supieron, mejor dicho, no quisieron ver todas las buenas cualidades de este torero. 


Tengo que decirle, que se comete un terrible atropello con la fiesta de los toros cuando se ataca a aquellos grupos de aficionados que aman la fiesta de los toros, que la aman hasta el punto de sufrir en un tendido y que esta pasión les lleva incluso a equivocarse; todos nos equivocamos, el torero en un planteamiento de faena, el ganadero cuando apuesta por un toro,  pero creo, que la equivocación del aficionado es la más desinteresada por ser la parte pagana del espectáculo. Atacar al segmento de aficionados que viven día a día la fiesta de los toros organizando: charlas, viajes, exposiciones, es decir; los que mantienen viva la llama de la afición creando nuevos aficionados, es una gran injusticia, la fiesta de los toros sin aficionados no existiría. 


Pese a todo yo le entiendo, y estoy seguro que los aficionados con los que usted se encaró también le entenderán; usted es torero de raza, capaz de lidiar lo que salga por el toril, al toro más áspero le ha plantado cara,  su actitud es consecuencia de su forma de ser, no hubiera sido lógico que sus compañeros, los de la tauromaquia del siglo XXI, que sostienen que al toro no se debe someter sino dejarlo que valla donde él quiera, (al toro manso y descastado claro) hubieran sido los protagonistas del enfrentamiento, usted es capaz en el futuro, poner de acuerdo al aficionado más exigente con sus formas de torear; ellos, sus compañeros, los de la coba al toro, no lo son. 



Reflexione señor Padilla.  



José Luis Bautista “pepillo”.



 ____________________________



DIVISIÓN DE OPINIONES

En la noche del pasado domingo, día 11 de junio de 2006, escuchaba el programa de toros “Clarín” de Radio Nacional de manera relajada, hasta que, en el citado programa se vertieron una serie descalificaciones hacia un sector de aficionados de Madrid, aficionados que no conozco personalmente pero creo compartir su filosofía en defensa de la pureza de la fiesta y, seguramente, recurriremos a ellos cuando haya que defender la fiesta en la calle. En el citado programa además de los ataques sutiles, pero ataques en el fondo a ese grupo de aficionados, se vertieron una serie de opiniones con las que no estoy de acuerdo. 


El director del programa dijo, primero, que estas corridas están fuera de época, refiriéndose a la corrida de Victorino Martín de la mini feria del Aniversario de las Ventas  y, segundo, que no entendía como se pueden divertir algunos aficionados con estas tardes en las que sólo se pasa miedo; su segunda tesis, la del miedo,  fue avalaba y reforzaba por un miembro de la tertulia con la que se cierra el programa con la teoría de que nadie se divierte cuando ve entrar en un edificio en llamas a un bombero. Si el bombero se para a fumarse un cigarro en el zaguán seguro que no, pero desarrollemos. 

Al señor director en primer lugar le diría, que mi opinión, con todos mis respetos, es distinta a la de ustedes; que la corrida fue mala y descastada está claro, pero pese a eso hubo dos toreros, Esplá y Encabo, que estuvieron muy bien en sus dos segundos toros transmitiendo emoción al tendido; pienso que esas teorías fueron las que en otros tiempos llevaron a la exterminación de algunas de las castas de toros,  muchos han sido los programas, en los que usted y sus colegas, han denunciado y lamentado  su desaparición en infinidad de ocasiones;  y en segundo, creo que no deberíamos descalificar una ganadería que generalmente llena los tendidos en los tiempos económicos tan precarios que corren para la fiesta de los toros, amén de la extraordinaria presentación que suele mostrar este hierro con respecto al resto. Permítame decirle que lo contrario de divertirse no es sólo  aburrirse también puede ser irritarse; el que siente la fiesta cuando van las cosas mal se irrita y el que no se aburre. Pienso que un aficionado no debe de ir a divertirse a los toros que es un trance entre la vida y la muerte, para divertirse es más acertado el circo y concretamente el número de los payasos; lo que nos debe estimular una corrida de toros a los aficionados es la emoción, bien a través de la estética servida durante la faena en cada uno de sus bellos trances o,  a través del patetismo que crea una faena épica de un torero poderoso ante un toro bravo con todas las dificultades que encierra la bravura; este tipo de faenas en principio nos congestionan, pero al final nos sirve una eclosión de emoción demostrándonos a la vez, que nosotros no somos capaces de ser toreros.

Al señor del ejemplo del bombero le diría que: tengo claro, y lo debe tener cualquier aficionado medio, que no es divertido el momento trascendental de estar jugándose la vida intentando domeñar las tarascadas de un toro, pero, que una vez que uno de estos toreros habituales en corridas duras se hace con el toro y le puede, se produce la satisfacción más hermosa que puede sentir el torero como actor y el aficionado como receptor; la misma sensación debe sentir el bombero cuando consigue controlar el fuego y sacar supervivientes, solo pensar en la imagen del  bombero que se adentró en el portal del edificio en llamas y verlo salir con un niño o un anciano en sus brazos, creo que  es una escena que conmueve a cualquiera por baja que sea su sensibilidad y con la que el profesional se sentirá feliz y realizado; apagar una rastrojera estoy seguro que a los bomberos hasta le sabe mal. En la fiesta de los toros se están apagando rastrojos con laureles de estar luchando en el incendio del atentado terrorista de las torres gemelas del World Trade Center.

Para cerrar debo confesar que mi espíritu más torerista que torista, aunque no me gusten estos términos, no me hace incondicional; disfruté con Paula, Romero, Fuentes, Frascuelo, Ortega Cano, Pepín Jiménez, ... ahora con Curro Díaz, entre otros; siempre los defendí y los defenderé pero nunca para darme importancia como aficionado sino para dársela a ellos como toreros grandes.

La fiesta que para mí está caducada, además de ser sencillamente impresentable, es la comercial del medio toro descastado y mermado y ante él un torero técnico y vano.

Así lo veo yo! 



 José Luis Bautista “pepillo”.



____________________________________________________



CARTA A LA CONCIENCIA

Cuando reposo el ocaso de mi vida, con la madurez de contar con muchos años a mis espaldas, hago balance de ella, sobre todo, de mi vida taurina y, la verdad es que algunas cosas, de poder borrarlas, las borraría.

Tengo un gratísimo recuerdo de la época de aficionado en la que empecé a querer ser torero, todo era ilusión y fantasía; la fiesta de los toros me parecía grandiosa, una fiesta de hombres cabales capaces de jugarse la vida delante de un toro; mis referencias fueron siempre los toreros clásicos de aquella época, los puros, los cuales me infundían gran respeto y admiración.

De mi vida de matador estoy muy satisfecho porque fui un torero que gustó a los aficionados más exigentes, ellos me catalogaron de clásico y poderoso, lo que es un honor para un torero; además tuve la capacidad para convencer en momentos a las plumas más afiladas que es cuando uno se siente profesionalmente realizado, torear para los públicos menos avezados es fácil. Me toco pechar con ganaderías muy duras que son las que dan oficio y moral y fortalecen el orgullo de ser torero, todos nosotros presumimos de habernos encontrado y matado aquél toro serio o complicado de Miura o Victorino.


Al final de mi vida taurina desempeñé el apoderamiento de algún torero poderoso por ser una figura del toreo de aquella época. Esta es la parte de mi existencia que más me duele recordar, sé que cumplí con mi responsabilidad profesional, pero, falte a mis principios básicos, es decir, aquellos fundamentos éticos  que mis padres me inculcaron se desvanecieron; tuve que defender trapíos de animales que yo sabía que eran verdaderos becerros, pelear con los veterinarios y presidentes de entonces; soportar desde el callejón tarde tras tarde aquellas faenas soporíferas, algunas hasta ridículas y, además, defenderlas como buenas delante de los medios de comunicación, faenas que a mí no me gustaban, y todo por el miserable dinero. Cómo podía yo defender aquella fiesta si a mí me gustó el capote de Paula o Romero y la muleta de Ordóñez o el Viti; aún me lo pregunto y no comprendo el efecto de mi ceguera. Envidio aquellos toreros de mi época, buenos toreros, que la fortuna nos le sonrió, pero supieron ser fieles toda su vida a unos principios básicos y jamás se doblegaron, prefirieron vivir de una escasa pensión antes que ceder a su forma de ser o sentir. Qué grandes fueron, fueron grandes hasta el final, yo sin embargo siento haber empañado mi carrera con mi actitud final, y a veces me cuestiono: ¿Yo que fui poderoso ante el toro como pude ser tan frágil y servil delante de toreros tan inferiores? Y esta pregunta me produce dolor y en la distancia un sentimiento ridículo, porque defender  algo que uno no siente, hoy pienso, es una gran bajeza. 

Mi concepto de la lidia fue siempre de menos a más, si embargo, mi vida taurina me salió de más a menos por cuatro duros que ni siquiera necesitaba. Horroroso, cada vez que lo recuerdo me siento mal, muy mal, siento haberme traicionado y haber traicionado la fiesta que tanto me dio, lamento no poder remediarlo. No supe vivir en aficionado, no supe retornar a aquel niño ilusionado que veía la fiesta llena de luz y viví en la oscura penumbra de la ostentación del mundo de los toros.

Mi reflexión creo que es valida para cualquier matador de toros que una vez finalizada su carrera se dedicó a desarrollar el apoderamiento de toreros, yo si volviera a nacer, estoy seguro que sólo sería torero y no caería en el error de ser apoderado u otro menester que tuviera que ver con la fiesta; creo que lo más honesto, una vez que uno deja de torear, es sentirse aficionado y disfrutar desde el tendido de aquellas tardes de toros que a uno le gusten. 


Valladolid marzo de 2040.


 Fdo: “MENTIRITAS


P.D. Esta carta, como dice su autor, puede ser valida para cualquier persona que habiendo sido matador de toros el tramo final de su carrera lo dedicó al apoderamiento, no estando dedicada ésta a nadie en exclusivo.



José Luis Bautista “pepillo”.



____________________________________________________



PERIODISMO TAURINO DE ANDAR POR CASA


Toda actividad pública necesita del rigor de la crítica para su engrandecimiento, la fiesta de los toros no es una excepción, sin la crítica los profesionales se acomodan y conforman ésta a sus conveniencias limitándola.


Hoy en día, existe un periodismo servil, acomodado, que sólo busca la proximidad al mundo taurino y sus críticas las lanzan hacia sectores de aficionados u otros colegas suyos que ejercen su profesión en el sentido lógico y con la debida valentía. 


Es indigno y cobarde, que para justificar la mala tarde del figura de turno, carguen en contra de sectores de aficionados que pagan sus entradas y tienen el derecho de exigir, pese a que, puedan equivocarse. 


Cargar contra sus propios colegas por el mero hecho de ser más valientes que ellos a la hora de enjuiciar la labor de un torero es una actitud traidora, en este caso se falta a la ética profesional y los valores morales quedan deshechos. 


Este colectivo de periodistas taurinos, a los cuales considero, personas formadas aunque no lo demuestren, debería ser el encargado de demostrar el sentido de la fiesta de los toros ante la opinión pública y los movimientos anti-taurinos, éstos últimos se deben estar frotando las manos al ver la capacidad de convencimiento tan precaria que demuestran usando calificativos  vejatorios hacia los aficionados a los toros o sus propios colegas. Por fortuna la fiesta no se justifica en la opinión de ellos, si no en su grandeza, que nos es otra que su integridad y su pureza. 


Joaquín Vidal, escribió de Curro Romero todo, lo mejor y lo peor; las crónicas más hermosas porque el torero aquella tarde se lo merecía y las más duras porque el “Faraón” al día siguiente no se encontró. Curro, torero noble donde los haya,  haciendo buena la sentencia de Juan Belmonte “se torea como se es”,  dijo: “Joaquín Vidal decía siempre la verdad”. Frase que quedó inmortalizada en el diario “El País”  que magnifica y dignifica la persona de don Joaquín. Los toreros saben mejor que nadie cuando están bien, regular o mal y ustedes se obstinan en ponerlos siempre bien, ¿Qué dirán de ustedes? ¿Les catalogarán de lisonjeros?, ¿O de pelotillas?. No sé. Una frase que se oye con bastante frecuencia en el ambiente taurino y a mí me llama mucho la atención es la de “fulano es un trincón” ¿Qué significará trincón?...  


Entiendo que la presión mediática de las figuras del toreo pudiera dar al traste con sus puestos de trabajo  que es la fuente del sustento familiar, y que un padre para sacar sus hijos adelante debe de aceptar cualquier tipo de trabajo por precario que sea es lógico, ahora bien, nunca innoble; cuando los hijos tienen el sentido de la razón desarrollado son más felices al saber que sus padres realizan o realizaron un trabajo digno y el pan que les alimento fue conseguido de manera justa.


A lo largo de la historia han existido críticos que con su labor profesional y aguantando las presiones de los profesionales dignificaron su profesión y elevaron la fiesta de los toros con su esfuerzo, espero y deseo que el futuro siga siendo así. Creo que sí, en toda época ha habido gente honesta.



José Luis Bautista “pepillo”.      



 _____________________________



MINISTERIO DE INTERIOR, CULTURA O INDUSTRIA.

Habrá que preguntarle a los taurinos en qué basan su reiterada demanda de depender del Ministerio de Cultura y no del Ministerio de Interior. Si es pretendiendo mejoras fiscales en cuanto a la aplicación del IVA, me parecería correcto y estaría de acuerdo; pero tengo la intuición que sus pretensiones son otras más relacionadas con la libertad de acción, es decir, no sentirse vigilados por aquellos policías, aunque no son muchos, que le incomodan, claro, de esta manera podrían hacer y deshacer a tutiplén en el manejo de los animales y durante las lidias; acciones como estas dieron origen al dicho de “saltárselo a la torera”, todo esto, atrozmente, iría acompañado en el palco por el clásico aficionado ávido de protagonismo y escaso de escrúpulos. Vaya panorama. ¡Cuidado señor Soriano! Es posible que la futura reforma del Reglamento Taurino de Andalucía sirva de ejemplo para el resto de España,  a mí, como aficionado, aunque haya enloquecido con Curro o Paula, me da mucho miedo el torerismo de nuestra región, hay que ser cautos y tener siempre presente la defensa del toro, pese a que, en la fiesta de los toros, todo aquel que se pone en defensa del toro se convierte en enemigo a batir por el torero o sus acólitos, como  son los casos de don José Luis Fernández Torres en Málaga y más recientemente don Pedro Naranjo en Ciudad Real, a los cuales agradezco su firmeza en defensa del toro y su integridad, que es la protección y justificación de la fiesta; una fiesta de los toros mermada o adulterada no tiene razón de ser, creo, que la  fiesta vigilada es más ética y presentable, la autogestión sería el camino recto a la desaparición.


Otro de los argumentos que los profesionales taurinos utilizan para depender del Ministerio de Cultura, es que la fiesta de los toros es arte, esto lo sabemos todos, y nosotros, los aficionados, además lo sentimos; ustedes deberían demostrarlo, ¿no se dan cuenta que los toreros artistas han sido y son marginados y vilipendiados por muchos de ustedes a lo largo de la historia? Hoy en día, y tomando como ejemplo San Isidro de este 2005, son claros ejemplos de marginación: Frascuelo, Luguillano, Luis de Pauloba, Curro Díaz, Leandro Marcos, y un largo etc., ¿recuerdan aquellos malos chistes que nacieron en el seno taurino hacia Cagancho o Rafael “El Gallo”?,  y ojo, de Rafael de Paula muchos de ustedes no hablan o hablaron bien nada más que en los cafés para quedar como buenos aficionados. ¿O no?.


 Les recuerdo una desacertada frase acuñada por ustedes que choca con la demostración de que la fiesta de los toros es arte: “El de valor a mandar y el de arte a acompañar”, “hermosa verdad”. Yo sugiero una reforma coherente con la realidad de este dicho: El pegapases a mandar, los de arte y los de valor a acompañar.  


La cruda realidad es que hoy en día los que mandan en la fiesta de los toros son los toreros llamados regulares que a ustedes tanto gustan, es decir, toreros industriales que todos los días alcanzan una cuota de rentabilidad, o lo que es lo mismo, parné para empresarios, ganaderos, revistas especializadas, críticos, etc., pero no son capaces de alcanzar cotas de emoción que satisfagan a los aficionados más exigentes.  Dado que hablamos de dinero, resultados, IVA, ¿por qué no acogernos al Ministerio de Industria? Sería más acorde con la fiesta que ustedes tanto defienden.




José Luis Bautista “pepillo”.      



____________________________________________________



ESCUELAS DE TOREO

En este modesto y breve análisis, voy a intentar algo extraordinariamente difícil por complejo y subjetivo, definir los estilos de los diversos matadores que por su particularidad sean  ejemplo claro de escuela, basándome lógicamente en nuestros días; al estar la fiesta de los toros en una continua evolución nada tiene que ver la escuela rondeña de Pedro Romero con la de Cayetano Ordóñez o la sevillana de Pepe Hillo con la de Diego Puerta. 

Cierto es, que hay factores que influyen a la hora de interpretar el toreo, como pueden ser: históricos, tradicionales, regionales, clima... etc. y  por supuesto, la raza del individuo que expresa este arte. 


A menudo se confunde escuela con regionalismo, sin tener nada que ver una cosa con la otra, aunque tenga influencia la idiosincrasia de los pueblos cualquier escuela puede darse en lugares geográficos distintos, igual que la denominada escuela gitana es expresada por toreros que no pertenecen a esta raza.


A la hora de estudiar las diversas formas de expresión he tenido en cuenta la colocación del torero definida por: la distancia, el cruce y la posición de las piernas o compás; además de la expresión geométrica de su trazo y aquellos matices personales que les hace diferentes. 


El orden de escuelas que viene a continuación no tiene nada que ver con la cronología de su nacimiento, éste responde más a una cuestión aclaratoria, es más, pienso que sería muy difícil saber que escuela se crea antes que otra, más bien nacen de una interrelación entre ellas. 


ESCUELA RONDEÑA
La escuela rondeña, es la castellana enriquecida estéticamente o viceversa, la castellana es la rondeña simplificada. Su base de expresión es la cintura y el compás abierto. Su cite es oblicuo –medio pecho- y la colocación del torero con respecto a la línea imaginaria que marca el pitón natural es cruzado, por lo tanto, su expresión es curvilínea. En la escuela rondeña se da un binomio casi perfecto, la pureza y la hondura. Esta escuela persigue la perfección y es muy fiel a los cánones, la técnica se utiliza de manera muy equilibrada sin convertir el arte en mecánica, el resultado es de un clasicismo exacerbado y de una belleza plástica extraordinaria. 

ESCUELA CASTELLANA
La escuela castellana es, como dije antes, la rondeña simplificada y junto a la cordobesa es la  más sobria de todas en expresión plástica; siendo a la vez de las más puras y, sobre todo, poderosa por mantener el fundamento técnico siempre presente. Es expresada con las muñecas entrando muy poco en juego la cintura. El cite es ligeramente de perfil entre el rondeño y el cordobés. En esta escuela es en la que el torero da más sitio al toro, los recorridos son largos, abundando las líneas semirrectas por estar el torero metido ligeramente en la línea del primer pitón -o natural-. 

ESCUELA CORDOBESA O AMANOLETADA

El toreo cordobés o amanoletado podría considerarse una variante del castellano en el que se han acortado las distancias y los recorridos por lo tanto son más reducidos, a la vez, el torero se sitúa más afuera que el castellano y su cite es de perfil. El resultado es una expresión corta y recta que no suele alcanzar demasiada hondura. Es extremadamente emocionante cuando el toro tiene cierto peligro ya que la técnica en esta escuela es liviana y poco defensiva; lo más  importante es  el aguante estoico que demuestran los toreros de este estilo. Se expresa con las muñecas y el compás cerrado o casi cerrado.  

ESCUELA SEVILLANA
La escuela sevillana es corta de expresión   pero de mucho colorido, en ella las líneas curvas aparecen por todos lados, resultando una tauromaquia muy bella estéticamente, más profunda que la cordobesa y aplicable a gran cantidad de toros. En su particularidad de  citar de frente  es donde esta escuela alcanza su máxima hondura y esplendor estético. La base de expresión de esta escuela son las muñecas entrando en juego la cintura y el compás ligeramente abierto. 

ESCUELA BELMONTINA O TRIANERA
La escuela belmontina o trianera es más profunda que la sevillana, el cite es más enfrentado y, en ella, se mezcla la gracia sevillana con matices rondeños  y algunos toques de gitanería, consiguiendo una expresión extraordinariamente rica en aires barrocos. La escuela trianera es expresada con la cintura ayudada por las muñecas y el compás abierto.

ESCUELA GITANA
No sé si decir, que de la escuela gitana es de la que derivan todas las demás escuelas al ser la más parecida al toreo primitivo en cuanto a la ausencia de técnica o, al revés, que es en ella en la que se destilan todas. En la escuela gitana aparecen matices muy diversos, puede entrar en juego la distancia larga como la corta, el quedarse al hilo o cruzado, adelantar o citar retrasado; pero siempre está dotada de una gran belleza plástica, la técnica cumple de manera muy sutil su misión de defensa, por lo tanto, en ella se logra una gran hondura. En esta escuela se alcanzan las cotas más barrocas de la tauromaquia. En su expresión entran en juego tanto la cintura como las muñecas sin faltarle algún aliño para enriquecer la estética. 

Termino este análisis como lo inicié, manifestando que esta es una visión personal y, por lo tanto, relativa de las escuelas básicas del toreo, nunca es una tesis cerrada en la que no puedan entrar otras interpretaciones a las que yo lógicamente estoy abierto.

A continuación, de manera gráfica, he intentado reflejar una serie de toreros que por su personalidad son ejemplos claros de escuela, con algunos matices que los hacen diferentes.

He de decir para finalizar, que el torero que menos me ha costado encuadrar ha sido Rafael de Paula: su fidelidad,  sus formas gitanas y su transparencia de sentimientos le hacen inconfundible; y el que más, Luis Francisco Esplá: su gracia, su gran capacidad creativa en el ruedo y su puesta en escena relacionada siempre con el clasicismo le da un toque muy personal, es muy probable, que en Esplá, se esté dando el fenómeno de una nueva escuela, el tiempo y los que le sucedan lo dirán.

El asterisco (*) que marca  algunos toreros de la relación, significa, que yo no los vi, y su encuadramiento lo he realizado basándome en estudios, visión de videos o referencias de personas mayores que los vieron, he considerado tenerlos en cuenta por ser referencias claves de escuelas.


TORERO, ESTILO Y DERIVACION


Paula
 Agitanado o gitano

David Lugillano
 Agitanado, rondeño

Julio Aparicio
 Agitanado, trianero, rondeño

*Manolete
 Amanoletado

Curro Díaz
 Amanoletado,  agitanado, rondeño

José Tomás
 Amanoletado, castellano, rondeño

Chiquilín
 Amanoletado, rondeño

José Fuentes
 Amanoletado, rondeño, agitanado

Dávila Miura
 Castellano

Antón Cortés
 Castellano, agitanado, rondeño

Juan Mora
 Castellano, agitanado, trianero

Vicente Barrera
 Castellano, amanoletado

Uceda Leal
 Castellano, rondeño

El Cid
 Castellano, rondeño, sevillano

Antonio Bienvenida
 Castellano, sevillano

Luis Francisco Esplá
 Castellano, trianero

*Cayetano Ordóñez “Niño de la Palma”
 Rondeño

Manolo Cortés
 Rondeño, agitanado

Lázaro Carmona
 Rondeño, amanoletado

Antonio Ordóñez
 Rondeño, castellano

Antonio Chenel “Antoñete”
 Rondeño, castellano

Fernando Cepeda
 Rondeño, castellano, sevillano

Carlos Escolar “Frascuelo”
 Rondeño, castellano, trianero

Manolo Vázquez
 Rondeño, sevillano

Curro Vázquez
 Rondeño, sevillano

Diego Puerta
 Sevillano

Curro Romero
 Sevillano, rondeño

Pepe Luis Vázquez Silva (hijo)
 Sevillano, rondeño

*Pepe Luis Vázquez Garcés
 Sevillano, rondeño, castellano

Morante de la Puebla
 Sevillano, trianero

*Juan Belmonte
 Trianero

Emilio Muñoz
 Trianero, rondeño



 José Luis Bautista “pepillo”.  



____________________________________________________



CARTA A LOS ANTITAURINOS

En los tiempos que corren ser proclive a la fiesta de los toros es sinónimo de cruel o insensible; ser lo contrario, es decir, estar en desacuerdo con la fiesta es ser el paradigma de la sensibilidad y defensa de los animales. 
Yo, aunque pertenezca a la parte bruta, voy a expresar mi sentimiento y mi porqué en favor de la fiesta de los toros. 

Mi niñez se desarrollo en un modesto barrio linarense, donde por aquellos entonces se sacrificaban los animales en las casas de vecinos; todos los sacrificios que presencié, que no fueron muchos, porque no podía resistir ver sufrir a un animal física o síquicamente, me producían una tristeza y dolor terrible. Era horrible ver como para matar un pollo se juntaban dos personas y mientras uno le sujetaba las patas, el otro le desplumaba la zona craneal donde después cortaba con un afilado cuchillo. 


El del borreguito, porque no era adulto, era espantoso, aquel animal producía unos lamentos parecidos a los de un niño llorando, no creo que exista algo que conmueva más que el llanto de un niño.


Al cerdo, como era más poderoso, lo inmovilizaban sobre una mesa sujetado por no sé cuantas personas mientras que el matarife le infería una puñalada en la yugular, muriendo lentamente mientras se desangraba, sus gruñidos se podían escuchar en todo el barrio, eran espantosos, los niños nos tapábamos los oídos aterrorizados, aún los puedo recordar. La mirada de todos los animales sacrificados era la misma, de terror e impotencia, no tenían posibilidad ni de defenderse ni de huir. Pese a todo, yo entendía que esos sacrificios eran inevitables. 


Hoy en día, las formas de sacrifico son más sofisticadas: se electrocutan cerdos y terneros que previamente se han tenido en una jaula inmovilizados para acelerar su engorde; muchos de los pollos y gallinas pasan a las máquinas desplumadoras automáticas con vida, claro, ustedes los animalistas no sufren un ataque en su susceptible  sensibilidad porque no ven como se sacrifican los animales en los mataderos y, posiblemente, apliquen aquella máxima hipócrita, “ojos que no ven corazón que no siente”. 


Cuando asistí por primera vez a una plaza de toros, vi como se sacrificaba un toro bravo, allí no sentí aquellas sensaciones de crueldad del hombre hacia el animal, éste no era el tipo de sacrificio que a mí me aterraba; el toro además de bello, fuerte y poderoso; se defendía y atacaba a todo, todo el mundo huía de él, era grande en todos los sentidos, este animal no me daba pena, al revés, sentía admiración por su valentía, me sentía feliz de ver a un animal, aunque fuera en un corto espacio de tiempo, en un estado más elevado  que el hombre; pensé que esto era más digno y equilibrado que lo del cerdo, el toro en la plaza tiene posibilidad de defenderse y herir a sus sacrificadores e incluso a ser indultado y salvar su vida, en el resto de los sacrificios el animal sólo tiene derecho a la muerte. 


Además de todo esto, la fiesta de los toros, aunque ustedes no lo entiendan, emana arte; es indudable que si la danza es una fuente de expresión artística, la danza del toreo en la que un hombre o mujer baila alrededor de un animal creando belleza plástica también debe ser arte. Es arte. Lo avalan aquellos artistas que se basaron y se basan en la fiesta de los toros como fuente de inspiración, algunos ejemplos claros son: Picasso, Lorca, Alberti, Miguel Hernández y otros muchos. 


También tiene una parte comercial muy importante en la que no voy a entrar, ya que hoy todo lo comercial, aunque sea absurdo o dañino, se sostiene; pero sí, en su parte ecológica que es importantísima. Sería interesante que las personas que se hacen llamar ecologistas o animalistas visitasen alguna vez una dehesa de ganadería brava, verían la gran extensión de terreno de la que disfrutan no sólo el ganado bravo que allí campa a cuerpo de rey, sino la extensa fauna vegetal y animal que existe; parajes vírgenes donde la vegetación no recibe ningún tipo de tratamiento químico ni alteración de ningún modo. También deberían de ver que ocurre después de fumigar un olivar o una plantación de algodón, cientos de nidos de pájaros se encuentran fulminados con sus habitantes dentro, es decir, la madre y tres o cuatro pajaritos. ¿Seguimos aplicando la mencionada máxima? 


Por último les diré, que existen estudios científicos serios, aclaradores de porqué no sufre dolor el toro durante la lidia, no me voy a acoger a ellos, pero sí les voy a decir, si ustedes quieren acabar con dicho dolor, a costa de su exterminación, sería una mala solución, (los osos pardos del Pirineo ya no van a sufrir más, la última hembra que había, ha sido matada por un cazador hace pocos días) espero, que el hombre no acabe de la misma forma con el hambre y el dolor de los países subdesarrollados. 


Si queremos arreglar el mundo deberíamos tener un código ético de prioridades, por ejemplo: acabar con el hambre -en España aún se alimentan personas en los contenedores de basura-; las empresas petrolíferas junto con sus aliados los fabricantes de automóviles están destrozando la atmósfera, y un largo etc., de lo contrario, estamos haciendo demagogia barata en vez de política coherente. 



José Luis Bautista “pepillo”.  



____________________________________________________



CURRO DÍAZ UN TORERO ESPECIAL, MUY ESPECIAL.

Como todas las figuras del toreo, Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” fue un torero referente en la historia de la tauromaquia que creó escuela; su toreo fue base para muchos toreros que le siguieron. En este análisis de la escuela manoletista me voy a ceñir a aquellos toreros que yo vi para intentar ser lo más objetivo posible. 

El primero que surge en mi memoria es José Fuentes, torero que enriqueció la base manoletista endulzándola con un temple exquisito, además de tintarla con aires rondeños que la enriquecieron estéticamente  ganando gran  profundidad; después, un cordobés más moderno que Fuentes, Rafael González “Chiquilín”, es extremadamente fiel a los cánones manoletistas, hasta el punto de ser la viva imagen de Manolete, lógicamente con ciertos usos modernos que le hacen ligeramente diferente; llegaría más tarde a una tauromaquia un tanto aletargada y amanerada José Tomás, fiel también a la ortodoxia manoletista e incluso a su filosofía, interpretó el toreo de Manolete con aires castellanos y algunos  matices rondeños, sobre todo en su toreo de capa, poniendo otra vez de moda esa escuela tan vibrante que aparece y desaparece a través de los tiempos.


¿Por qué es especial Curro Díaz? Porque consigue algo inédito hasta hoy, al menos desde mi punto de vista. 


La escuela cordobesa o manoletista es la más corta en expresión por estar basada en el cite en la proximidad, su colocación al hilo del pitón hace que en ella imperen las líneas rectas,  el compás semiabierto e incluso cerrado -pies juntos- tiene como resultado una expresión liquida de poca hondura; los factores más importantes de esta escuela son: la firmeza y el aguante, convirtiéndola en la más emocionante cuando los toros tienen cierto sentido,  su aroma rancio le da fundamento litúrgico. Curro Díaz  sobre la base manoletista en la que funde su tauromaquia, además de, no perder el aguante estoico que distingue a esta escuela y poner color al toreó en blanco y negro de Manolete con  una estética luminosa, hace lo impensable, lo agitana dándole redondez, le da barroquismo ganando un alto grado de hondura y lo convierte en un toreo singular de una personalidad y elegancia aplastante que no tiene parangón. No sabemos la cota que alcanzará Curro Díaz en la fiesta de los toros, por el bien de la misma esperemos que sea alta, pero, lo que sí ha demostrado es ser diferente sin precedentes.


Toreros de estas cualidades son los que demuestran que la tauromaquia es arte,  yo estoy seguro que Manolete se sentirá orgulloso de esta rama de toreros descendientes suyos, que supieron, con su personalidad, dar grandeza a su escuela.

      
  José Luis Bautista “pepillo”.

____________________________________________________


OTRA FERIA, LA DEL 2004.

Ya hemos sufrido la feria taurina del 2004 y, a la vez, nos hemos cargado un poquito más el prestigio de Linares, bueno, se lo han cargado aquellos que no han sido capaces de cumplir con su obligación y, lógicamente, también han dañado el suyo propio, poniendo en tela de juicio su profesionalidad o amor a la fiesta de los toros.

Se lidiaron en Linares toros anovillados, inválidos, sospechosos de todo; se concedieron orejas de pacotilla, en fin, un desastre de feria; pero el sumo derroche de ineptitudes se alcanzó en la corrida televisada el día 28 por Canal Sur, en la cual, exportamos una imagen deplorable de nuestra plaza. Ni poniéndose de acuerdo se pueden hacer las cosas tan mal. Después de la corrida todo el mundo ahuecó el ala como el avestruz en un intento de limpiar su conciencia, pero la conciencia no se limpia en un acto de hipocresía; la conciencia estará limpia cuando hayamos actuado con honestidad y rigor.  


Las miradas hacia estas irresponsabilidades se dirigen principalmente a quien monta el espectáculo, el empresario, qué habrán pensado de la empresa Balañá los aficionados que hayan presenciado esta corrida televisada; pero además, qué dirán de la profesionalidad de los veterinarios que aceptaron  aquellos impresentables toros, qué pensarán del Presidente por autorizar que se lidien puros invalidos, también salpica al Asesor que imaginamos ha aconsejado que se otorguen los trofeos y casi seguro habrá influido a la hora de aceptar éste o aquél toro. 


Señores taurinos, ¿para qué piden ustedes ubicar la fiesta en el Ministerio de Cultura? Si es para recibir mejor trato fiscal, está bien; pero si es para estar menos vigilados, no es necesario.


No me puedo olvidar del colectivo de aficionados que en septiembre dicen ser más puros que el “Ronquillo” y, durante la feria, se han quemado las manos haciendo palmas y descoyuntado las muñecas de pedir orejas; pero bueno, a fin de cuentas pagan y disfrutan con lo que ellos consideran justo.  

De la prensa no voy a opinar porque ni he leído ni escuchado, (estoy feliz) pero seguro que habrán hecho alguna de las suyas.

A los toreros decidle, que no necesitamos que los colectivos antitaurinos acaben con la fiesta, ustedes están sobradamente “preparados” para acabar con ella; no demuestran torería, ni clase, ni hechuras de toreros; pero esto no es lo peor, no tienen amor a la fiesta de los toros, amor al toro, no saben dignificar la fiesta, necesitan un toro mermado para pegar pases. La fiesta de los toros necesita todo lo contrario, primero transparencia, después integridad para que el animal no sea la victima propiciatoria en la que se basen las censuras hacia ella,  y, además, toreros capacitados, unos para poderle a los toros y otros para crear belleza; la fiesta comercial del medio toro descastado y mermado está caducada, no tiene razón de ser y es sencillamente impresentable.


A los ganaderos sólo una pregunta, ¿aman ustedes al animal que crían?

Espero haber aportado algo positivo por el Linares que quiero y la fiesta que más amo. Es mi intención.


José Luis Bautista Garrido "pepillo".



____________________________________________________



¿SE TOREA MEJOR QUE NUNCA?

Estoy cansado de oír decir, “que hoy se torea mejor que nunca”, sin precisar ni quién, ni cuándo, ni por qué; para ello, he hecho un breve estudio desde el origen hasta nuestros días de lo que yo creo ha sido la evolución del toreo.
El toreo a pie en sus inicios, de no haber sido porque existía la tragedia, se podría considerar más un deporte que un espectáculo con connotaciones artísticas; la belleza plástica se centraba en los recortes de capa y la suerte de banderillas,  la faena de muleta era básicamente defensiva y sólo consistía en trastear de pitón a pitón en una distancia corta para preparar al animal y entrarle a matar. 

La evolución yo la he marcado en tres etapas: el toreo primitivo, el clásico y el moderno; el primitivo es el periodo que yo considero más largo, va desde el origen hasta el primer cuarto del siglo XX y, durante él, se desarrolla la gran evolución del toreo, tomemos como referencia de partida  a Pedro Romero y Pepe-Hillo, que aunque ya marcaban diferencias entre sí, Pedro Romero era más lidiador y Pepe-Hillo más artista, sus diferencias eran, pienso, casi inapreciables. La tauromaquia va evolucionando por las aportaciones de Joaquín Rodríguez “Costillares”, Francisco Montes “Paquiro” o Curro Cúchares a los que siguieron Lagarijo y más tarde Guerrita que fue un gran revolucionario del toreo, es él quien empieza a adoptar el toreo de perfil.

Ya en el primer cuarto del siglo XX, aparecen dos figuras importantísimas del toreo, Joselito y Belmonte, yo diría los Romero y Pepe-Hillo de este siglo, y un tercero, el hermano mayor de Joselito, Rafael, que atisbaba que el toreo podía ser de otra manera.     

La referencia del cambio hacia una tauromaquia más artística la centran todos los tratadistas en Juan Belmonte y creo que es acertado, a partir de él empieza el periodo que yo llamo clásico. Después de Belmonte los toreros empiezan a quedarse más quietos delante de los toros, dan distancia, torean más lento y por lo tanto los resultados son más bellos y profundos. Manolete, aunque es arrollador por su quietud, es criticado en su momento por acortar las distancias, una critica acertada desde mi punto de vista, en la distancia corta la muleta está en su estado natural retrasada y por lo tanto difícilmente se puede torear con lentitud además de peder expresión.


La época de máximo esplendor estético y respeto a los cánones, surge de los años cuarenta a los ochenta aproximadamente, qué significa esto, que todos los toreros de esa época eran ortodoxos, no, significa que un torero que no cumpliera la trilogía belmontina, parar, templar y mandar era censurado por la crítica especializada y no aceptado por los aficionados. 


A partir de los ochenta nace la época del toreo moderno, son ejemplos claros de esta nueva forma de torear: Espartaco, Jesulín, Ponce, El Juli  y un largo etc., “críticos” y “aficionados” empiezan a aceptar citar en corto con las muletas retrasadas o con el pico de ella al pitón contrario y, además, permiten que entre pase y pase el torero dé los pasos necesarios para colocarse y ligar el siguiente muletazo. Es decir, no hay distancia, por lo tanto, no hay que parar, ni templar, sólo acompañar, y, con los citados pasos antes mencionados tampoco es necesario mandar para ligar el siguiente muletazo, es el torero el que busca la colocación. Esto, antes se calificaba como ratoneo, en la actualidad se considera toreo de época. Hoy se ha perdido el sentido ético de la lidia, existe una estética superficial ante un toro muy noble y flojo, dando la sensación que los toreros templan mas que en todas las épocas, pero no es templado el muletazo, sino la embestida noble y débil.


Es curioso observar, que aquello que tardó unos trescientos años en destilarse para llegar a su máximo esplendor, se haya eliminado en sólo unos veintitantos.


Hoy, existen toreros clásicos y éticos, que dan sitio, citan delante y rematan detrás de la cadera; respetan el toro, la liturgia y la filosofía de la fiesta, valgan como ejemplos: Esplá, Frascuelo, El Cid, Uceda, mi paisano Curro,  etc. Cómo va a ser éste si lo dejan. Lo van a tener que dejar. ¿Verdad que parecen toreros de otra época? Pues no, son de ésta y de siempre por el bien de la fiesta de los toros, estas formas de torear son las que demuestran y justifican que la fiesta de los toros no es sólo un negocio en el que se sacrifica a un animal y genera suculentos rendimientos económicos. Es mucho más.  

La pregunta es obligada, ¿se torea mejor que nunca aunque el toreo haya perdido valores tan importantes como los mencionados anteriormente? 

Yo pienso que no. 



José Luis Bautista Garrido "pepillo".



____________________________________________________



SEVILLA-MADRID. Junio de 2004.

No se trata del AVE. Terminadas  las ferias taurinas de Sevilla y  Madrid, creo que es el momento más idóneo para analizar las idiosincrasias de ambas plazas de toros; La Maestranza y Las Ventas.
Sevilla es cálida, maja, cuidada y cuidadora. Su público, con sentimiento más de torero que de aficionado, no es capaz de manifestarse en contra de lo que  esté ocurriendo en la plaza  aunque se encuentre en opuesta discrepancia, casi por un sentimiento ético de profesional, calla, y por lo tanto, otorga. Su guasa suele descargarla sobre algún subalterno que no le resulte gracioso, banderillero o picador o la reserva para la tertulia en la taberna donde se siente más torero que el propio “Rafaé” convirtiendo  aquellos toreros que respetó por la tarde en verdaderos pegapases y, aunque hubieran estado bien, jamás se acordaran de ellos, podría citar cuantiosos ejemplos.

Madrid es cosmopolita, gris y fría. Su público me atrevería a decir exactamente opuesto al sevillano. Con puro sentimiento de aficionado sufre durante las tardes que considera se está vulnerando la fiesta de los toros, se manifiesta de manera automática, su protesta brota de manera espontánea con el riesgo que esto conlleva de poder equivocarse. Luego, en la calle, es estudioso de lo ocurrido y le va sacando aquellos matices que con el calor de la tarde no sintió, dándole la importancia medida a las faenas. Siempre recordará aquel torero afín a sus gustos y, jamás se sentirá más torero que él.
Conclusión:

Aunque esto suene mal, me veo en la necesidad de decirlo, los toreros son los maestros de su oficio sin lugar a dudas, pero, no son los examinadores, son los aficionados los que tienen el derecho de aprobar o no la actuación de ellos... ¿Verdad?. 

El silencio no es muestra de sensibilidad a la fiesta de los toros, o es una sensibilidad mermada exclusivamente hacia los toreros. El aficionado debe estar dotado de una sensibilidad especial hacia todo lo que concurre antes, durante y después de una tarde de toros; además de hacia todo aquello que está ligado a la fiesta, es decir:  una plaza encalada,  un cartel añejo,  una poesía,  una pintura,  un ramillete de verónicas, una estocada.. , causas por lo que le brotará la emoción y disfrutará; pero también, será sensible: a un toro sin trapío, a unas astas escobilladas o un animal sin fuerzas, esto despertará sus sentimientos en contra de quien él entiende que es el culpable, desatará su ira y por lo tanto su enérgica protesta.

Hay un interés desacerbado por parte de algunos informadores taurinos, no llegan a críticos, de que no cunda el ejemplo de Madrid, no los entiendo; ¿acaso no hay muchas más plazas complacientes que exigentes? Sin lugar a dudas. Pienso que todo es más puro a medida que es más equilibrado: la fiereza y la técnica, la técnica y la estética, la estética y la ética y un largo catálogo de equilibrios que podíamos hacer mención. 

Sería positivo para la fiesta, que el ejemplo de Madrid cundiera y hubiese un grado más alto de exigencia y protesta a lo largo de la geografía española, de lo contrario, la fiesta de los toros está muy próxima de ser sencillamente impresentable, valga como botón de muestra, Burgos 2004, corrida de Parladé, televisada por Televisión Española, los dos primeros toros tambaleantes de salida, el tercero tuvo que ser apuntillado; el público haciendo la ola: “todo el mundo está haciendo la ola por ahí” dijo Fernando Fernández Román a su compañero Javier Hurtado. A mí me pareció un mensaje con contenido soterrado. Javier Hurtado hizo mención de los tranquilizantes que se le ponen a los toros para los viajes subrayándolos de legales. Es legal tranquilizar a los animales para los viajes, pero, ¿es ético que salgan tambaleándose a la plaza? Ola no gracias. 



José Luis Bautista Garrido "pepillo".  


____________________________________________________



PROTESTA O RESPETO. Abril de 2004.

Los aficionados siempre se han distinguido por el respeto que le han tenido a los toreros dentro y fuera de la plaza. Dividiendo el núcleo de ésta  en dos, nos encontraremos con: los que protestan y los que no lo hacen. A veces, se confunde la protesta con el respeto, parece ser que aquél que protesta en la plaza no le tiene respeto al torero y el que no lo hace es el más respetuoso. 

Creo que esto no es así, he conocido y conozco infinidad de aficionados contestatarios y respetuosos a la vez, respetuosos hasta en el vestuario con el que acuden al coso, no es lo mismo estar en el tendido con traje, gorra campera o sombrero; clavel en la solapa o ramita de romero, que con la gorra de publicidad de no sé que producto o la camiseta del "Trinaranjus".


En cuanto a sus manifestaciones de protesta también son diferentes, los ortodoxos suelen propinar voces acordes con la lidia como: ¡¡Pico!!, ¡¡Está fuera de cacho!!, ¡¡Estese quieto ya!!; una pañolada  o ese gesto clásico del dedo índice hacia arriba con movimiento pendular lateral que significa "NO". 


Los otros, los heterodoxos, suelen vocear acordándose de las personas más queridas por los toreros: padre, madre, esposa, buscando herir los sentimientos más profundos o sacan a colación algún tema reciente del candelero de la prensa rosa.


Una vez en la calle, los "orto", cuando se encuentra casualmente con un torero suelen llamarle maestro, su saludo es el clásico de estrecharle la mano y hasta los he visto destocarse para saludarlos. Los "hete", buscan infatigablemente la reunión, cuna de su ansia de protagonismo y son capaces de llamarle: "Kike", "Fran", etc. Como de haber comido juntos toda la vida. No puede faltar la fotografía de rigor con el brazo por encima del hombro, la misma que luego enseñarán en el pueblo con cierto desprecio para "engrandecerse" otro poquito más ante la parroquia.


Lamentablemente, los toreros demuestran estar más de acuerdo con los que no le incomodan con exigencias en el ruedo, pero creo, que les temen como a una vara verde en la calle.


Me parece que el binomio perfecto es, un torero esforzado ante un público exigente, de esta manera se alcanza cotas altas de valor, arte, técnica y todo lo que conlleva una faena; sin la exigencia debida, la faena se quedará, en unos niveles mucho más bajos.



José Luis Bautista Garrido "pepillo". 



____________________________________________________


 LA IZQUIERDA Y LA DERECHA. Marzo de 2004.

Leyendo el título parece que voy a escribir de política, pero no es así, escribiré de algo que me gusta mucho más, escribiré de toros. Cuando hablo de izquierda y derecha me refiero a las manos o brazos con los que se hace el toreo. 

El toreo es arte en movimiento, por lo tanto, todos aquellos matices que sean representados con líneas curvas serán más artísticos que los que se representen en rectas, como ejemplo, si recordamos una batalla medieval de las que hemos visto en  cine, veremos que el suave ondular de las banderas es más bello que los rígidos movimientos de un hombre metido en una armadura. 


Hay que dejar claro que la técnica es la base principal del arte, sin ella no podríamos realizar absolutamente nada, pero a la vez, es su mayor enemigo porque puede atenazar a éste y no dejarlo surgir. Si recordamos nuestro inicio en la escritura era puramente técnico: como debíamos colocar el papel delante de nosotros, como coger el bolígrafo... y los resultados por primitivos muy parecidos; los niños cuando empiezan a escribir escriben todos casi igual, ésta, es la parte técnica de la escritura y sus resultados es una caligrafía tosca parecida a los movimientos de la mencionada armadura, más tarde, a medida que vamos tomando soltura, escribiendo con mayor libertad y olvidándonos de la rígida técnica empieza a surgir nuestra caligrafía personal con trazos cada vez más acorde con nuestros sentimientos.


En el toreo pasa lo mismo que en la escritura, con la diferencia que hay que hacerlo con ambas manos. Analicemos ambas.


La izquierda, creo yo, es la mano más artística y la derecha la más técnica,  

esto no significa que en ambas manos no fluya arte o exista técnica. El toreo que se hace con la mano izquierda es mucho más bello que el que se realiza con la derecha por la inocencia de sus movimientos y la naturalidad que tiene su expresión, al no ir montada la espada la tela es más libre de realizar caprichos artísticos y sus resultados son más curvilíneos.

Con la derecha es lo contrario, el conjunto tela, estaquillador y espada, es mucho más rígido y por lo tanto sus resultados más mecánicos. Los toreros artistas dotados de esencia creadora han conseguido grandes resultados con la mano derecha y, con la izquierda, aunque se hallan prodigado menos han sido insuperables, citaré como ejemplos: a Curro Romero o Pepe Luis Vázquez (hijo). Aquellos toreros que no han sido o son incapaces de sacar resultados artísticos con la mano izquierda, difícilmente lo harán con la derecha. Imposible.


Por lo tanto, siempre que queramos analizar la capacidad artística de un torero deberemos fijarnos en el flujo de arte de su mano derecha que según mi teoría es de la que mana menos arte.


¿Y qué pasa con los zurdos? Naturalmente  éstos al contrario que los diestros suelen tener una mano izquierda fácil y extraordinariamente técnica, de la que difícilmente brota arte y como contrapunto una derecha muy torpe, armada de espada de la cual es casi imposible que surja. Para estar en un equilibrio parecido al diestro, el zurdo debería montar la espada en la mano izquierda y torear sin ella en la derecha. De momento lo vamos a dejar como está. 


Todo esto, no es absolutamente exacto como es lógico, es una teoría de las infinitas que pueden surgir de algo que es tan rico culturalmente como la fiesta de los toros.



  José Luis Bautista Garrido "pepillo".



____________________________________________________



HONDURA. Febrero de 2004.

Todos sabemos que una escultura es una obra estática en el espacio, girando alrededor de ella  veremos su parte posterior, si giramos con lentitud tendremos la sensación que es ella la que gira en torno a su eje, de esta manera disfrutaremos de todos los matices que crean su silueta.

El toreo, pese a ser un arte dinámico que se realiza como es lógico en tres dimensiones, a veces en él, ocurren visiones irreales. 


Una de estas visiones erróneas es la que nos produce la faena que está excesivamente cargada de técnica, en ella, se nos muestra una obra muy limpia y su geometría queda claramente desvelada; todo parece muy mecánico, el exceso de líneas rectas y ángulos nos muestra esa visión errónea de la que hacía mención antes, provocándonos la sensación de estar viendo algo que se está realizando en tres dimensiones, sólo en dos. Muchas tardes son, las que después de salir de la plaza, y haber visto faenas que aún habiéndonos parecido buenas, nos provocan serias dudas de sí verdaderamente lo fueron; tuvimos la sensación de ver plana una obra que se estaba realizando en el espacio, algo parecido a ver una escultura en fotografía, sin embargo, cuando la técnica y el sentimiento van perfectamente ligados y compensados, la faena toma una tercera dimensión, creando aquella escultura que nos permite rodearla y ver su cara posterior tan artística como la anterior. En el toreo son sus creadores -toro y torero- quienes nos enseñan todo el contorno de la obra rotando en perfecta armonía, es decir, retiran aquella visión falsa que teníamos, de ver algo en dos dimensiones y que lógicamente se está realizando en tres. 


Está claro que son los toreros artistas los únicos capacitados para realizar este tipo de expresión de toreo, dotados de una sensibilidad y sentimiento  que les permite “olvidarse” de la técnica, dar al toro el protagonismo que merece, y de esta manera, alcanzar cotas extraordinarias de belleza. ¿Es esto la hondura? Tal vez sea.



José Luis Bautista Garrido“pepillo”.



____________________________________________________



 LA POSICIÓN  DE CRUZADO. Noviembre  de 2003.

Recuerdo el día que, alegremente, se me ocurrió decir: “Que un torero cruzado podía estar en ventaja respecto al toro”, y digo alegremente, porque estaba en la barra de un bar y allí lógicamente nos podemos permitir ciertas licencias. 

Con la misma alegría se lo oí decir a Roberto Domínguez durante las locuciones que hacía en Vía Digital -matador de toros al que he admirado delante de la cara de los toros y no tanto delante de los micrófonos-, me produjo ciertas dudas dada la falta de objetividad que mostró -posiblemente por corporativismo con sus compañeros- durante el tiempo que estuvo de comentarista, pero como todo tiene su parte positiva, me provocó abundar más en aquella teoría llegando a algunas conclusiones que relato a continuación. 


Cuando un lidiador consigue la posición cruzada, se encuentra mucho más seguro y dominador durante la suerte; es la justa recompensa al riesgo que antes tomó al ponerse en la trayectoria natural del toro que es la línea recta, además, su toreo toma expresión y hondura. Con el cruce, también, el torero puede provocar la arrancada de un toro excesivamente parado, pero no es ésta la cuestión a la que nos referimos, la colocación de cruzado es una situación inequívoca de mando, por tanto se debe utilizar en función del poder que tenga el toro, de lo contrario, podía el lidiador entrar en una posición de desequilibrio y dar la sensación de “ventaja” respecto a éste.


Si el toro es débil y dócil -como la mayoría de los actuales- la posición lógica seria aquella que permita hacer el toreo de fuera a dentro; es decir, recogiendo al toro en la suerte hacia los terrenos del lidiador; si por el contrario, el toro es fuerte y fiero, en este último sitio el torero estará a merced del animal, en este caso, la posición lógica y correcta seria cruzado, de esta manera el toro inicia su arrancada hacia fuera de la suerte y tiene que seguir una trayectoria curva hasta el final de ésta. Teóricamente esto es así, en la practica debe ser bastante más complicado. Podríamos pensar, ¿por qué no se cruzan todos los toreros? Creo, que es la respuesta a las características personales de cada uno, cada torero interpreta el toreo desde una posición que se encuentra más seguro, aunque en muchas ocasiones se equivoquen arriesgando más de lo debido o "desaprovechen"  toros por no actuar en contra de sus sentimientos, esto se da en toreros que se cruzan y en los que no lo hacen, creo que  ambos casos son lícitos siempre que esta posición sea la idónea en función de las características del toro, de lo contrario, el torero habrá equivocado la utilización de la técnica y la faena no tendrá unos resultados exitosos. 


Hoy los resultados económicos en el toreo son esenciales y, por lo tanto, la regularidad de los toreros está muy bien remunerada, existen y han existido toreros que respondiendo a su ambición o ansia de ganar dinero, haciendo uso de su inteligencia adoptan una posición favorable para ellos y por contra desfavorable para el toro, al resultado le llaman regularidad, palabra -creo yo- poco ligada con arte. En este grupo de toreros suele aparecer la posición más favorable y de menor exposición, no estarán ni al hilo ni cruzados y a la vez en ambos sitios. Voy a intentar explicar esta rara, pero creo, cierta conclusión. 


Cuando digo que estos toreros no están al hilo, es porque su posición no está claramente definida, están ligeramente sobre la línea del primer pitón, pero al citar, gracias a la posición de cercanía que adoptan ofrecen el engaño al pitón contrario, causando sin cruzarse el efecto del torero que se cruza, provocando la arrancada del animal con el tranco cambiado. Esta posición variable, junto a toros de poco poder tiene como resultado, un toreo defensivo, poco hondo, desequilibrado, generalmente tapado por un exceso de estética u otro tipo de argucia, valido para el mundo empresarial por dar grandes rendimientos económicos...Claro, todo esto es posible cuando se está cerca de la cara del toro, dándole distancia estaríamos hablando de echarle de comer, es decir, echarle la muleta al hocico y traerlo toreado, empapado en el engaño, donde el torero debe procurar no ser visto en esos primeros compases de la suerte y, después, gustarse al pasárselo por la barriga. Este toreo también le gusta al profesional del toro pero es más complicado, rinde menos por la exposición que conlleva y tiene más riesgo. 


Sin que esto se considere una tesis doctoral, sino una visión muy discutible, espero poder haber aportado algo positivo a la fiesta de los toros. 

Se me olvidaba, son más valientes los que con un toro bravo se cruzan, no vallamos a pensar lo contrario...¿ O no? 


José Luis Bautista “pepillo”.  




____________________________________________________



SOMBRA, SOL Y CALLEJÓN. Octubre 2003.

Una plaza de toros está dividida en dos partes fundamentales: la sombra y el sol y, además, en un añadido que es el callejón, lugar en el que sólo deberían estar los profesionales de los diversos campos relacionados con la lidia, pero no es así, de ahí lo de añadido. 

En la sombra, en primer plano nos encontramos con las barreras y los tendidos más bajos que están centrados con el lugar donde se ubican los toreros, en ellos, se instala una serie de personas que generalmente han sido invitados a los toros y, por lo tanto, muestran poca exigencia, aplauden y premian con facilidad, además, demuestran una actitud que parecen, desear más, ser vistos por los toreros, que ver ellos a los protagonistas. Los tendidos más altos y las gradas suelen estar ocupados por los aficionados que van más regularmente a los toros y son la débil voz crítica de la sombra. Los tendidos que pegan al sol, los ocupan generalmente gente que va poco a los toros y no saben que los dos primeros toros están en sol con entrada de sombra, suelen ser poco exigentes dada su inexperiencia. 


En el sol, sus barreras suelen estar ocupadas por espectadores con entrada de grada cubierta, sabedores de que esas localidades escasamente se venden. Sus tendidos más centrados suelen ser ocupados por un público itinerante que muestra heterodoxas neveras y una sed y apetito insaciables, generalmente son muy generosos a la hora de valorar las faenas, presa fácil de toreros inteligentes. Los tendidos que pegan a la sombra están ocupados por aficionados experimentados que saben que a partir del segundo o tercer toro le da ésta y junto con las gradas cubiertas que las ocupan los aficionados más veteranos, muestra en ambos casos de experiencia, son los sectores  más exigentes.


En el callejón, están los que más saben del tema y los que no tienen ni idea, pero en ambos casos hablan el mismo lenguaje, los segundos lógicamente bailan a los sones de los primeros; la crítica aquí no existe como corresponde a la ética ya que hablamos de personas que son profesionales o invitados por éstos a estar allí, amén de los intrusos que también deben guardar silencio por “educación”. Es curioso observar que aunque no existe la crítica si existe el aplauso y el premio. Puede ser la amortización del coste de la entrada.


Resumiendo este análisis en el que he tomando como referencia la plaza de toros de mi pueblo, Linares, las zonas más críticas están ubicadas en los tendidos dos y tres en sus zonas más altas en la sombra, y, en el sol, en los tendidos cinco y ocho casi de barrera a grada cubierta, siendo ésta la zona cálida de los aficionados más exigentes de la plaza.

   


José Luis Bautista Garrido "pepillo".



____________________________________________________



 PROTESTA. Septiembre 2003.

La perpetuidad en el tiempo de la fiesta de los toros, ha hecho que las formas de protesta pasen de algo tan curioso como: tirar un tomate o un cesto de tomates a un torero, a movernos en el mundo de las telecomunicaciones, en ambos casos el fin es el mismo, defender los intereses de la fiesta, algo más sofisticado el segundo, eso sí, pero bastante más artesano y clásico el primero. Con el paso del tiempo, el tomate nos lo quitaron de las manos, sanciones amenazadoras reflejadas en los Reglamentos Taurinos han hecho de arma disuasoria de las diversas "herramientas" que el aficionado poseía para protestar en contra de lo que él consideraba negativo para la fiesta de los toros, esperemos que no ocurra lo mismo con estas nuevas formas o medios de protesta. 

Casi desde el origen de la tauromaquia, el papel fundamental que ha jugado el aficionado ha sido el de protestar y denunciar todo aquello que a él le parecía degenerativo, bien es cierto que no ha conseguido demasiado, pero pensamos que ha sido un freno fundamental, de no haber sido por su reiterada denuncia posiblemente la fiesta de los toros hubiera degenerado suficiente para desaparecer hace ya bastante tiempo. A menudo, nos hacen culpables e intentan meternos en el mismo saco aquellos que tiran del otro lado de la soga, quizás incómodos por lo que le dicta su conciencia crean aliados ficticios. En este grupo de personas militan, además de profesionales sin sentimientos taurinos que sólo buscan enriquecerse rápidamente, aquellos que se dejan llevar por la corriente: "aficionados" que buscan popularidad al lado del profesional y, como no, críticos taurinos sin personalidad, fácilmente manipulables. Unos y otros intentan, como dije antes, hacernos culpables de los fracasos de la fiesta de los toros, somos conscientes que podemos equivocarnos, pero equivocarnos de manera noble, nunca intencionada o buscando intereses de algún tipo. 


Creo que el aficionado también debe ser puro, y esto queda resumido en unos simples puntos: pasar por taquilla para sostener la fiesta de los toros y velar por la pureza en todos sus sentidos reclamándola con su protesta cuando crea que ésta se está adulterando o brilla por su ausencia. La adulación de los toreros por los aficionados, más concretamente de las figuras del toreo, lleva a la pérdida de la objetividad y da paso a la benevolencia, puerta grande de la degeneración. 



José Luis Bautista "pepillo".



____________________________________________________



PREVIO DE FERIA. Agosto de 2003.

Llegó julio y agosto, con ellos, la vieja cantinela que vengo escuchando desde que usaba pantaloncillos cortos, hace alrededor de la friolera de más de treinta años. Durante este largo tiempo, todos los meses de julio y agosto, es decir, en el prólogo de la feria de mi pueblo, se escuchan las mismas voces, unas confundidas y otras confusionistas: "Balaña tiene la culpa de lo que pasa en Linares", "Son las figuras del toreo", etc. 

Mi opinión al respecto es que unos y otros defienden sus intereses que no son otros que los estrictamente económicos, creo, que es el momento de coger el toro por los cuernos y dar la cara cada uno en el lugar que nos corresponde y, defender los nuestros, o mejor dicho, los del Linares taurino que tanto decimos amar.   


Como linarense y aficionado desearía: Que el trapío y la integridad luciera en la plaza de toros de Linares, en ello se refleja la importancia de la plaza, la honestidad y profesionalidad de los veterinarios que realizaron los reconocimientos previos a la lidia, y, que además, los aficionados estuviésemos informados de dichos reconocimientos para evitar confusiones si éste o aquél toro lo aceptaron los Veterinarios o el Presidente. Que el asesoramiento de la valoración de las faenas fuese lo más objetivo posible, todos sabemos, que la generosidad en la otorgación de trofeos descalifica a los pueblos, convirtiéndolos en lo que vulgarmente en el mundillo taurino se denominan "gachis", todo esto, debe ir acompañado de la firmeza de las Autoridades, que en ningún momento deben ceder a las presiones que puedan ser sometidos. 


Espero y deseo que los aficionados, donde me incluyo, manifestemos durante las lidias nuestro desacuerdo si es que existe, después en septiembre no tiene sentido, y con él, vuelve el muro de las lamentaciones, volveremos a escuchar voces como en años anteriores de aficionados pidiendo -claro, a toro pasado, buscando su protagonismo personal- otros carteles de toros y toreros, olvidándose de que en agosto pidieron las orejas para toreros que después criticaron. No podía olvidar a los críticos taurinos, sólo les pido que ejerzan de tales. En este sector los hay que les ocurre lo que a los aficionados antes aludidos, lo que en agosto para ellos está bien, en septiembre es criticable por ellos mismos.    


Pienso que entre todos debemos dar al Linares Taurino y a la Fiesta de los Toros el prestigio que merece. Si nosotros no somos capaces de dárselo, podemos estar seguros que nadie se lo dará. 



José Luis Bautista Garrido "pepillo".



____________________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario, una vez aceptado por el administrador de este blog será publicado.