La fiesta de los toros no es un espectáculo al uso, su grandeza radica en ser un trance entre la vida y la muerte.

miércoles, 1 de abril de 2015

Dedicada a la faena al toro Tartero de Gavira el 20 de julio de 2006

Curro Díaz y el de Gavira en las Ventas.


Arisco el toro huye
en su salida a la plaza,
la muleta del Guadalquivir
lo templa y lo amarra.

Lo prende en sus muñecas,
su cintura lo acompaña,
y entre compás y compás
vastos monumentos alza.

Los cabellos se erizan
y se roncan las gargantas,
los oles de dinamita
la plaza la resquebrajan.

Dislocado está el tendido,
arde hechizada su alma
cuando se despide la “Esencia”
con garbo y gitana planta.

José Luis Bautista “pepillo”.

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